La compasión es una actitud que cambia nuestro cerebro positivamente, creando la motivación hacia el auto-cuidado y el cuidado de los demás que de modo instantáneo nos conecta y calienta nuestro corazón, permitiéndonos prosperar como sociedad hacia mayores niveles de bienestar.
En mi formación terapéutica y los seminarios que dicto llegan siempre muchas consultas y preguntas de personas preocupadas por protegerse de la energía negativa de otros o que pueden hacer para no sufrir tantas consecuencias sobre esto. Al respecto de esto ya he compartido en otros contenidos sobre cómo protegerme de vampiros energéticos y cómo proteger mi energía.
Pero me he dado cuenta que no había hablado todavía del mejor escudo de protección que conozco, la compasión. Este es algo de lo cual considero la mejor forma de protegerte, aunque justamente de lo que trata es de fortalecerte tu forma de ver el mundo y a las personas.
Mahatma Gandhi sostenía alguna vez que “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”. En coherencia con ello, él decidió no proceder con violencia en su pronóstico la “resistencia pacífica” que propulsó fue el arma decisiva en la consecución de la ansiada liberación de su patria, la India. Nada más y nada menos que la clave de la empatía.
Es un tema que me apasiona y por ello es que he empezado a verlo por beneficios diferentes aquí tienes la primera parte en la vamos a ver los beneficios de cultivar tu compasión.
Diversos estudios relacionados demuestran que la compasión modifica la química de nuestro cuerpo, el cambio no es solo emocional sino físico.
En los últimos años se ha estado hablando muchísimo de la importancia y los beneficios de mindfulness o la atención plena a la hora de reducir la ansiedad y el estrés y mejorar la calidad de vida, así como para aumentar la calma, la claridad mental, la satisfacción y la felicidad.
Lo cierto es que uno de los componentes principales de mindfulness -que es también una de las 9 actitudes que cultivamos al practicarlo (además de la aceptación, el no juicio, la paciencia, la curiosidad, la confianza, el no forzar, la mente de principiante y el dejar ir), es la amabilidad.
“Nacemos con ojos pero no con mirada. Para ver, basta con dirigir los ojos hacia el estímulo en cuestión. Para mirar hay que poner en marcha también el corazón”
La definición de un médico:
“La compasión es el lazo que nos permite vibrar al mismo nivel que otro ser humano. La compasión es una forma de recibir la realidad del otro como propia,
como no ajena. Es el latido de nuestro corazón que se sincroniza en sístole y diástole con el del ser humano al que tenemos el privilegio vital de acompañar.
La compasión es entender que la medicina fue siempre la excusa para vivir una aspiración mucho más profunda.
Compasión es el germen de una mirada, una
caricia, un abrazo que contienen en sí mismos el valor terapéutico de lo verdadero y auténtico. Eso es para mí la compasión. Sentir que en mi hay espacio para el
corazón de otra persona.
Diversos estudios relacionados demuestran que la compasión modifica la química de nuestro cuerpo, el cambio no es solo emocional sino físico.
Los beneficios de ser compasivo
Hay múltiples beneficios que podría mencionar, pero en general creo que fortalece increíblemente tu corazón y tu sentir, creo que aumenta en cantidades considerables el sistema inmunológico. La compasión no es algo solamente altruista, para beneficiar a los demás. Puede ser también muy egoísta (pero hablamos del egoísmo del bueno, del autocuidado).
Ser compasivo está muy bien recompensado. Y esta acción empieza justamente con ser compasivo contigo mismo para serlo con los demás.
La compasión es una forma muy elevada de la energía de amor. Vibra en una frecuencia muy alta y es sanadora tanto para el que la emite como para el que la recibe. Cultivar la compasión nos permite:
- mejorar nuestras relaciones
- sanar nuestras propias heridas
- aprender la lección sin tener que experimentarla en nuestras propias carnes
- protegernos ante las energías de baja vibración o los ataques energéticos
“la compasión nos obliga a ser débil con los débiles, vulnerable con los vulnerables, sin poder con los que no tienen fuerza. La compasión supone una inmersión total en la condición de ser humano”
Cuando la empatía duele, la compasión puede sanar
Por: Adam Hoffman.
La empatía puede ser dolorosa o al menos eso sugiere un conjunto creciente de investigaciones al respecto de la Compasión.¿Qué es la compasión y Cómo puede ayudar cuando la empatía duele?
Cuando atestiguamos sufrimiento o malestar en otro, nuestra tendencia natural a empatizar puede generarnos un dolor vicario.¿Existe una mejor manera de acercarnos al malestar de otros?
Un estudio reciente, publicado en el Journal Cerebral Cortex, sugiere que podemos enfrentarnos mejor a las emociones negativas de otros al fortalecer nuestras habilidades compasivas.
Un sistema enfocado solo al logro y la competitividad
‘Durante los años 70 y 80 una parte terapéutica de las emociones y la mente se volvió muy centrada en la mente, la atención, el pensamiento, los esquemas, etc.. mientras que nuestro interés era conectar con nuestros procesos motivacionales básicos.
Y se tenia varios procesos motivacionales: la competitividad, el logro y el éxito, pero también conectar, cuidar, proteger, apoyar, animar (…)
Lo que se apoyo fue el ‘yo compasivo’, la motivación compasiva, que está enfocada en dirigirse al propio sufrimiento y al de los demás de la manera más sabia, firme y comprometida que se pueda.
Si pudiéramos añadir este enfoque motivacional, particularmente compasivo y prosocial, esto cambiaría muchas cosas en la mente.
Porque si estás muy enfocado en el logro, el hacer y la productividad, entonces tu mente se organiza de otra manera.
Por ejemplo, ‘hay mucha investigación que demuestra que estamos sobreestimulando a los niños en modelos competitivos: necesitan tener éxito, necesitan lograr, necesitan pasar exámenes, etc.. Y una investigación de Harvard asegura que los niños están atrapados en el ‘yo, yo, yo’ y el ‘competir, competir, competir’ y mucho menos inclinados hacia el comportamiento prosocial y compasivo’.
Esto, además de contribuir a una sensación de aislamiento y desconexión individual, nos lleva a una sociedad miedosa y destructiva.
El miedo a poder abrir nuestro corazón
Es importante entender qué es exactamente la compasión, y que junto con la sensibilidad al sufrimiento propio y ajeno, se necesita el compromiso de hacer algo sabio al respecto.
‘Una de las dificultades es que la compasión puede atemorizar mucho a las personas. La gente no confía en ella, creen que no la merecen, y piensan: si realmente supieras lo que me pasa por la cabeza o las cosas que me han pasado, no creerías que merezco compasión.
Otras veces, cuando somos amables y compasivos con los pacientes, eso activa recuerdos emocionales de cuando otras personas fueron amables pero luego abusaron de ellos y eso también les atemoriza.
Sin embargo, es un proceso paulatino el poder abrir el corazón a recibir un trato amable y bondadoso, algo siempre sanador y que puede entrenar cualquier persona.
‘La compasión no es una emoción, sino algo que puede surgir como una intención. Algo que surge de ver a alguien herido que te pone triste o que te pone ansioso por ver a un niño en un edificio en llamas.
Así que la compasión es parte de la intención. De modo que si empezamos a introducir compasión y motivación, compasión e intención, compasión e identidad en escuelas y negocios, cambiaremos la forma en que ocurren las cosas.
Porque si solo tienes un yo competitivo que necesita ganar sin importar el impacto que eso tenga en otros; ‘es solo mi empresa la que necesita ganar sin importar las consecuencias en el medio ambiente o en cualquier otra cosa, porque solo importan los beneficios’, como sucede en el ámbito bancario, donde no importa lo más mínimo el daño que hagan ciertas prácticas, eso no es sostenible.
Si realmente fuéramos capaces de observar desde la ecuanimidad y con amabilidad todo lo que nos pasa, bueno o malo, sin tratarnos mal por ello y aceptándolo como parte de la vida, quizás seríamos más valientes. Y eso precisamente es lo que cultivamos al practicar mindfulness.
Roberto Palomino C.
Instructor de Reiki Japones Certificado en Kyoto Japón
Coach Transpersonal ICI N° 5708 Berlin Alemania
Instructor y terapeuta en Desprogramacion Emocional
Terapeuta Flores de Bach (Bach Center Inglaterra)
Facilitador certificado en filosofia de Louise Hay
Consejero en Biodescodificacion Biologica
1 comentario en «Como ayuda a sanar la compasión en nosotros»
Quero saber de quanto estar minha divida na c&a por favor mandem por Email Anastassia Chet Rouvin